El parquet clásico, el de toda la vida, el que mucha gente tiene en su casa, puede tener una nueva vida. La mayoría de estos sueles, admiten uno, dos e incluso 3 lijados a lo largo de su vida útil.
Basta un lijado para descubrir que debajo de un suelo amarillento o aparentemente sucio, se encuentra un maravilloso suelo de roble que, con los barnices actuales, se mostrará en todo su esplendor, como si estuviera recién colocado.
Si nos hemos decidido a lijar y barnizar nuestro parquet, hay varias cosas que deberemos tener en cuenta.
Tenemos que tener en cuenta el estado de la madera. Puede que alguna de las tablillas esté muy deteriorada, que haya sufrido humedad e incluso que tenga o haya tenido termitas. En cualquiera de estos casos, se procederá al cambio de esa madera dañada.
Si tenemos pletinas de transición, generalmente a la entrada de los baños o la cocina, la mejor opción es reemplazarlas por unas nuevas, quedará mejor y durarán mucho más tiempo en buenas condiciones.
Puede que queramos sustituir el rodapié que tenemos actualmente por otro nuevo o por renovar la estética de nuestra casa. En este caso, la ideal es retirar el rodapié antiguo, lijar, barnizar y luego ya poner el rodapié nuevo para que que quede perfecto.
Generalmente los muebles pequeños, mesas, mesillas, cómodas, armarios pequeños, etc. se pueden guardar entre la cocina y los baños. Los muebles muy grandes, que necesitan desmontarse, se suelen dejar y se lija y barniza a su alrededor.
Cuando lijamos y barnizamos un suelo de madera, debemos seguir una serie de pasos para asegurar un buen acabado. Tendremos que quitar el barniz existente, y luego y pasando lijas de un grano cada vez más fino para dejar un suelo completamente pulido y suave.
Llamamos desbastado al proceso en el que quitamos el barniz existente. Puede ser de muchos tipos y durezas distintas. Para ello utilizaremos una potente lijadora de banda.
Como la lijadora de banda no es capaz de quitar el barniz de las orillas, necesitamos una máquina más pequeña que quite todo el barniz que la máquina grande no ha sido capaz de retirar.
Una vez que hemos retirado todo el barniz, pasamos una lijadora o pulidora circular con un grano un poco más fino que quite las rayas que dejó la lijadora de banda.
A menudo, es necesario rellenar los huecos existente entre cada tablilla. Para ello, aplicamos una resina que rellena todos estos huecos para dar una apariencia de continuidad y sini antiestéticos huecos.
Se retira la resina con lija de grano 60 y se pasan otras dos manos con lija de grano 80 y 100. A continuación se aspira todo perfectamente y ya tenemos el suelo listo para barnizar.
Finalmente, aplicaremos tres manos de barniz. Una de fondo, que será la encargada de dar el tono o color que veremos y más tarde otras dos manos de barniz de terminación que darán el acabado final. Generalmente, puede ser un acabado brillante, mate o algo intermedio en acabado satinado.
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